Las cosas comenzaron de una extraña
forma, era claro que no estaba preparado para ese llamado desde la
casa de mis padres en tandil, bueno, no del todo. Uno por muy
preparado que esté para esa clase de noticias, siempre se sorprende.
La muerte siempre sorprende. Tuve que preparar mi bolso bastante
rápido, salir para la terminal, y de ahí hacia una ciudad que
conocí gracias a la persona que ahora estaba llendo a despedir.
Ahora estoy sentado en la butaca
numero 61 de un colectivo que llegó con una hora de retraso,
iluminado por las luces de mi computadora y la de un reloj que hasta
hace un momento repetía una hora que no era correcta.
Podrás preguntar, en todo tu derecho,
“¿porque estas escribiendo todo lo que cruza por tu mente de esta
forma?”. Estas en todo tu derecho, claramente.
Te respondo, para ordenar. Es cierto
que no pensamos “en palabras”, pero no podemos esquivar la verdad
de que son las palabras las herramientas que nos permiten trasmitir
nuestras emociones, mas allá de un “Bien” o un “Triste”, las
palabras son unas de las primeras cosas que hicimos y son las cosas
que mas utilizamos desde que entramos a este mundo, hasta que
partimos. Una amiga diría “eso es debido a que somos seres
sociales y culturales”, claramente no puedo negarlo, así y todo es
gracioso, somos seres sociales y culturales gracias a que poseemos
palabras, pero también tenemos hoy palabras porque fuimos seres
sociales y culturales hace mucho, y la idea pareció interesante.
Que mas puedo escribir? Estoy viajando
a lo desconocido, a despedir a una gran persona a la que tuve el
pesar de conocer demasiado tarde por un estúpido orgullo de niño,
que hoy en día ya no pesa. Cuantas cosas hacemos sin saber en que
desembocan? Cuantas personas no conocemos por motivos estúpidos?.
La vida tiene eso, jugás tus cartas,
pero nunca sabes que estas jugando, nunca sabes si con cada jugada
estas ganando o perdiendo hasta que es demasiado tarde. No quiero
sonar a libro de auto ayuda. No es mi intención, solo quiero dejar
en claro que nunca podremos saber que consecuencias desencadenamos
hasta que ya es demasiado tarde. Hoy me encuentro viajando a rosario
dándome cuenta de que una parte importante de mi familia ha muerto.
Una persona con la que pude tener muchas cosas en común, de hecho
soy cociente de que las teníamos, una persona con la que nunca
intercambié ideas, hoy es un extraño y ya no puede el ni puedo yo
cambiar eso.
Ya es tarde.
Ya es tarde.
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