viernes, 4 de febrero de 2011

Escape

De pronto, en el inmenso silencio en el que todo se encontraba se oyó un latido, como marcando un pulso de una canción que nadie oía.

-"¿que eres latir sin corazón? ¿Por qué estás aquí, donde nadie puede seguirme?".

>Te menosprecias a ti mismo al pronunciar esas palabras, mi presencia aquí no tiene una causa  alguna. Estoy aquí porque debo estarlo, ese fue mi encargo y ese es mi destino.

-"No comprendo tu cometido, pero estas regiones fueron vetadas de la tierra misma para que no lindara con ninguna que haya existido, que exista o que existirá. Sea cual sea tu sitio, este no es, por algún extraño motivo llegaste a un territorio para ti imposible y debes marcharte ya sea por voluntad propia o por accionar mío".

>Ya te he dicho, oh gran señor, que este es de mi deber permanecer aquí, además escapa a mi naturaleza poder irme. Sin embargo, si pudieras tú, que dices que aquí no pertenezco llevarme al sitio en el que debo estar, estaría enormemente agradecido. Talvez este no sea mi destino final como tú dices, sino que estoy aquí para que tú me lleves a él.

-"No digas más, tus palabras turban mi juicio en esta hora. Ya te he dicho que este no es tu lugar y te ofrecí llevarte al sitio de tu destino, ahora observa este accionar digno de llamarse portento"- y dicho esto dibujó una extraña figura en el vacío, seguido de esto y en silencio se formó una hendidura apenas nítida, por dentro de esta se podía ver oscuridad, por fuera de esta solo se encontraba el deseo de soledad y la promesa de un destino.-"Pasa ya, que mantenerlo me cuesta vida y vida es algo que no tengo en demasía. Estás en deuda conmigo, no lo olvides".

>Gracias por el obsequio de este portal, no te costará más, ya que a partir de ahora yo lo mantendré abierto el tiempo que haga falta. Tu deuda fue saldada hace tiempo cuando pediste por tu amor, ahora es tu tiempo de atravesar el portar de tu propia hechura y acompañarme a tu morada final. Ahora nuestros destinos son uno y ya no puedes seguir huyendo.