viernes, 27 de junio de 2014

A mi vaquita.

Busco eso que perdí cuando tu mirada dejó tus ojos.
Te busco porque espero volver a verte.
Busco eso que me dejó mientras te abracé esa última vez.
Busco eso que teníamos, esa amistad muda y sincera.
Te busco porque viniste a mí para compartir conmigo incluso tu último suspiro.
Busco de nuevo tu compañía, aunque sé que es imposible.
Busco tu sombra, aunque sé que ya no está.
Te busco porque te extraño de una forma que que no puede ser colmada con recuerdos.
Busco volver a verte, volver a sentirte cerca.
Busco callar el dolor de tu partida.
Te busco aunque sé que estas esperándome bajo el nogal.

miércoles, 23 de enero de 2013

Canto de Gallos

El gallo cantó como ave carroñera que avisa a sus compañeros de una presa futura, la noche no había muerto aún, pero el canto de aquel animal recordaba que esa noche, sin importar que tan grata hubiera sido, concluiría como las otras.

El estaba despierto, la noche no era su amiga, la memoria tampoco. El alba traería arrepentimiento o  goce, pero aún estaba lejos.

El gallo cantó una vez mas.

Podía sentir como todo volvía a la vida, a esa rutina que el sabía no era mas que repetir una y otra vez las mismas conversaciones vacías con las mismas personas vacías que preguntaban siempre “¿Como estás hoy?” por mera cortesía.

El gallo volvió a cantar, esta vez fue acompañado por otro, parecía que volaban en círculos sobre la agonizante noche, en el horizonte, unos dorados rayos la habían herido, el nuevo día era ya mas un hecho que una promesa.

El se levantó, procurando mover la cama lo menos posible, el reloj no había dado la alarma, no hacía falta tampoco. Antes de salir de su habitación miró hacia atrás y vio a aquel ser durmiendo boca abajo, las sabanas al rededor de su cuerpo daban la impresión de que era un ángel volaba entre las almohadas hacia cielos de algodón. Siempre le había envidiado la gracia que podía tener aún durmiendo. Se preguntó cuanto tiempo más podría quedarse viendo ese espectáculo que nadie había montado, de pronto la eternidad le pareció poca, la simplicidad y la belleza de la que era espectador eran demasiadas.

El gallo volvió a cantar y esta vez era una victoria clara, su presa ya había muerto y solo quedaba el festín que los carroñeros conocen como premio por su paciencia.

El salió de la habitación, sabía que ahora debía apurarse, tenía el tiempo justo para su rutina matutina. Se baño y afeitó, sin mas vestimenta que la toalla con la que se había secado se dirigió a la cocina, puso a calentar su café en el microondas y unas tajadas de pan en la tostadora. Miró el reloj, ahora el día era quien lo estaba acechando, escondido en una maleza entretejida entre dorados rayos y rosadas nubes. Una idea lo asaltó en ese momento, Llamó al trabajo, tradujo como enfermedad la sensación de depredación que la noche le había hecho sentir. Volvió a su habitación, donde su ángel lo esperaba aún volando con oníricas sabanas por alas.

Y el gallo cantó para anunciar la muerte de una nueva noche.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Palabras para mí mismo

Las cosas comenzaron de una extraña forma, era claro que no estaba preparado para ese llamado desde la casa de mis padres en tandil, bueno, no del todo. Uno por muy preparado que esté para esa clase de noticias, siempre se sorprende. La muerte siempre sorprende. Tuve que preparar mi bolso bastante rápido, salir para la terminal, y de ahí hacia una ciudad que conocí gracias a la persona que ahora estaba llendo a despedir.

Ahora estoy sentado en la butaca numero 61 de un colectivo que llegó con una hora de retraso, iluminado por las luces de mi computadora y la de un reloj que hasta hace un momento repetía una hora que no era correcta.

Podrás preguntar, en todo tu derecho, “¿porque estas escribiendo todo lo que cruza por tu mente de esta forma?”. Estas en todo tu derecho, claramente.

Te respondo, para ordenar. Es cierto que no pensamos “en palabras”, pero no podemos esquivar la verdad de que son las palabras las herramientas que nos permiten trasmitir nuestras emociones, mas allá de un “Bien” o un “Triste”, las palabras son unas de las primeras cosas que hicimos y son las cosas que mas utilizamos desde que entramos a este mundo, hasta que partimos. Una amiga diría “eso es debido a que somos seres sociales y culturales”, claramente no puedo negarlo, así y todo es gracioso, somos seres sociales y culturales gracias a que poseemos palabras, pero también tenemos hoy palabras porque fuimos seres sociales y culturales hace mucho, y la idea pareció interesante.
Que mas puedo escribir? Estoy viajando a lo desconocido, a despedir a una gran persona a la que tuve el pesar de conocer demasiado tarde por un estúpido orgullo de niño, que hoy en día ya no pesa. Cuantas cosas hacemos sin saber en que desembocan? Cuantas personas no conocemos por motivos estúpidos?.

La vida tiene eso, jugás tus cartas, pero nunca sabes que estas jugando, nunca sabes si con cada jugada estas ganando o perdiendo hasta que es demasiado tarde. No quiero sonar a libro de auto ayuda. No es mi intención, solo quiero dejar en claro que nunca podremos saber que consecuencias desencadenamos hasta que ya es demasiado tarde. Hoy me encuentro viajando a rosario dándome cuenta de que una parte importante de mi familia ha muerto. Una persona con la que pude tener muchas cosas en común, de hecho soy cociente de que las teníamos, una persona con la que nunca intercambié ideas, hoy es un extraño y ya no puede el ni puedo yo cambiar eso.

Ya es tarde.

viernes, 4 de febrero de 2011

Escape

De pronto, en el inmenso silencio en el que todo se encontraba se oyó un latido, como marcando un pulso de una canción que nadie oía.

-"¿que eres latir sin corazón? ¿Por qué estás aquí, donde nadie puede seguirme?".

>Te menosprecias a ti mismo al pronunciar esas palabras, mi presencia aquí no tiene una causa  alguna. Estoy aquí porque debo estarlo, ese fue mi encargo y ese es mi destino.

-"No comprendo tu cometido, pero estas regiones fueron vetadas de la tierra misma para que no lindara con ninguna que haya existido, que exista o que existirá. Sea cual sea tu sitio, este no es, por algún extraño motivo llegaste a un territorio para ti imposible y debes marcharte ya sea por voluntad propia o por accionar mío".

>Ya te he dicho, oh gran señor, que este es de mi deber permanecer aquí, además escapa a mi naturaleza poder irme. Sin embargo, si pudieras tú, que dices que aquí no pertenezco llevarme al sitio en el que debo estar, estaría enormemente agradecido. Talvez este no sea mi destino final como tú dices, sino que estoy aquí para que tú me lleves a él.

-"No digas más, tus palabras turban mi juicio en esta hora. Ya te he dicho que este no es tu lugar y te ofrecí llevarte al sitio de tu destino, ahora observa este accionar digno de llamarse portento"- y dicho esto dibujó una extraña figura en el vacío, seguido de esto y en silencio se formó una hendidura apenas nítida, por dentro de esta se podía ver oscuridad, por fuera de esta solo se encontraba el deseo de soledad y la promesa de un destino.-"Pasa ya, que mantenerlo me cuesta vida y vida es algo que no tengo en demasía. Estás en deuda conmigo, no lo olvides".

>Gracias por el obsequio de este portal, no te costará más, ya que a partir de ahora yo lo mantendré abierto el tiempo que haga falta. Tu deuda fue saldada hace tiempo cuando pediste por tu amor, ahora es tu tiempo de atravesar el portar de tu propia hechura y acompañarme a tu morada final. Ahora nuestros destinos son uno y ya no puedes seguir huyendo.



martes, 16 de noviembre de 2010

Sueño

Grito pidiendo que sea mentira, mi deseo se cumple, estás frente a mí.
Corro hacia ti, digo tu nombre, volteas y me diriges tu sonrisa, como si nada, como si hubieran reaparecido los engranajes faltantes.
Todo está bien.
Una vez más somos uno. Una vez más nos tenemos. Una vez más…
Recuerdas.
Recuerdo.
Todo cambia.
La habitación se desfigura a tu alrededor.
Te miro a los ojos, y noto que comprendes todo.
Siento una caricia en mi mano, pero no es la tuya.
Una lágrima, que tampoco te pertenece.
Todo está perdido.
Solo queda pensar que esto es un sueño, una pesadilla.
Grito tu nombre, pero ya no me oyes. Grito que te amo, pero ya no estás aquí conmigo.
El cristal se rompe, la isla se vuelve luz y solo me queda el recuerdo de lo que nunca fue…